lunes, 30 de agosto de 2010

“Una igualdad dentro de unas diferencias”

Los estereotipos hacia la comunidad gitana siguen reproduciéndose y evolucionando en el año 2010: su aspecto y su acento son sus distintivos entre una sociedad que sigue dándole la espalda a las oportunidades y a la igualdad.

    Hoy en día en España residen aproximadamente 650.000 gitanos. Dentro de ese gran grupo, persiste una vasta heterogeneidad. Hay gitanos que se dedican a la venta ambulante; hay gitanos que estudian, que trabajan, que se pasan el día cantando y bailando. Pero al fin y al cabo, hacen lo mismo que el resto de individuos del mundo: buscarse un sitio dentro del marco de la sociedad y que éste le preste un mínimo de garantías sociales: en la escuela, en el empleo, en la vivienda, en el barrio… Sin embargo, aún prevalece un gran muro que no permite dichos objetivos, un dique en construcción desde hace siglos por las fuerzas políticas, por la semántica y sus clisés peyorativos, por la sociedad y los propios gitanos. Según un estudio del CIS sobre la población gitana y la sociedad española, realizado en el 2008, el 52% de los entrevistados, afirmó tener poca simpatía hacia los gitanos. En el reportaje “Vas hecho un gitano”, se muestra la voz de varias personas que día a día ponen su granito de arena para que la montaña de la desigualdad no siga creciendo. Unas voces que van más allá de su militancia étnica como gitanos, son las de Miguel Franconetti, Juan José Gómez y Ana Belén.

Son las siete de la mañana en Gavà y suena el despertador. Miguel se levanta y después de hacer una visita al baño, se planta frente al espejo. Cuchilla en mano empieza a afeitarse. Me afeito desde que me lo pidieron al llegar al barrio. Cuando llegué a Sant Cosme, después de siete años sin trabajar allí, mi manera de vestir era muy gitana: una camisita planchada, una americana, botas y pañuelo. Yo iba a mi barrio. La primera persona que conocí fue a Josep Gómez, quien en ese momento trabajaba para el Pla Educatiu d’Entorn de Sant Cosme (PEESC). El tío flipó cuando me vio vestido así, con esas maneras. Empezamos a hablar y me dijo que tenía que tener una imagen, porque era muy importante para trabajar. Yo me quedé sorprendido. Él me pidió que me afeitara cada día, porque yo sería el encargado de levantar y limpiar la imagen de las escuelas. Eso me lo dijo porque no me conocía ni como gitano ni como persona. Después, se prepara un café con leche y unas tostadas mojadas en aceite, como a él le gustan. Una vez vestido, toma el autobús 80 y en diez minutos se planta en la estación. Allí coge el tren de las 8.13 de la mañana direcciónahí toma otro autobús, el R2 o bien va andando. Miguel Franconetti tiene 32 años y es Técnico del Programa de Promoción Escolar del Departamento de Educación de la Generalitat de Cataluña, junto con la colaboración de la Fundación Privada Pere Closa. Cuando llega a Sant Cosme, va a visitar a su madre y con ella se toma otro café con leche. Para Miguel un café con leche hecho con cariño es muy importante y si lo sirven con alegría y con arte, sabe mejor. A partir de las nueve menos diez se dirige a uno de los colegios o bien a su despacho. Allí empieza su jornada laboral.
Miguel nació en el Prat de Llobregat y sus orígenes son andaluces, sus padres pertenecen concretamente a aquella generación de familias que vinieron a Cataluña des del sur en los años 50 y 60. Él es el primero de los hijos, de entre tres hermanos y es el varón mayor de la familia, por encima de sus primas.  Su aspecto es benévolo: de cara redondita, dos ojos negros, un cuerpo robusto. Aunque físicamente no lo parece, Miguel forma parte también de la minoría étnica más grande de Europa y es uno de los 80.000 gitanos que viven en Cataluña y esto supone el 1,6 % de la población española. La comunidad gitana llegó a España hace más de 600 años de diferentes partes del mundo. Según Teresa Sordé, investigadora Ramón y Cajal del Grupo de Estudios de Inmigración y Minorías Étnicas y profesora de Sociología en la Universidad Autónoma de Barcelona, en España encontramos dos grandes colectivos de gitanos. Por una parte, el mayoritario autóctono, que habla caló, que son los restos que han quedado del rumano. Dentro de esta comunidad, se distingue entre una población que se quedó en la llegada a la Península, alrededor del siglo XV y una que es fruto de las grandes migraciones del sur de España hacia las zonas más desarrolladas, en los años cuarenta y cincuenta. Por otra parte, se encuentra el pueblo gitano que proviene de los flujos migratorios internacionales, que empezaron a llegar sobre los años 2001 y 2002, de los Países del Este y Europa Central y que hablan rumano.
 
Pequeño mapa de la situación gitana
    El pueblo gitano está reconocido por el Parlamento de Cataluña desde el año 2001 y por el Parlamento Español y el Parlamento Europeo des del 2005 y gracias a estos reconocimientos se han llevado a cabo varias iniciativas políticas. Una de las más importantes en Cataluña fue elaborar el Plan Integral del Pueblo Gitano, en el año 2001. Gracias a este plan se creó el Grupo de Asesores para la Mesa de Educación del pueblo Gitano y bajo ese paraguas, se desarrolló el Plan Educativo de Entorno de Sant Cosme, una iniciativa que puso en marcha el Ayuntamiento del Prat de Llobregat con la Generalitat de Cataluña, concretamente, con la Secretaría General de Lenguas y Entorno del Departamento de Educación. Es aquí donde trabaja Miguel Franconetti, aunque hace muchas más cosas. Asimismo, el 9 de abril del 2010, el Consejo de Ministros aprobó el Plan de Acción para el desarrollo de la Población Gitana 2010-2012. Este plan consiste en una dotación de 107 millones de euros para su desarrollo y abordará ocho áreas: ciudadanía e igualdad, educación, empleo, acción social, salud, vivienda, cultura y población gitana en la agenda política europea.

Son las siete menos diez, en el cuarto segunda del piso 18 de la Calle Marte, en el barrio de La Mina, en Sant Adrià de Besòs. Juan se levanta perezoso y se dirige a la ducha. Luego se viste y a las siete y media de la mañana aproximadamente coge su Seat Toledo Gris en dirección a la Fundación Secretariado Gitano. Pero antes de que se escuche el sonido del motor, sintoniza MaximaFm o bien Radio Olé. Cuando llega a la Calle Segadors, donde está su lugar de trabajo, se va a desayunar al Bar Ícaro. Un buen café con leche, hecho con amor, pero con leche desnatada y sacarina, y medio bocadillo. Su piel es de un matiz pardo, con un pelo negro y casi siempre recogido con coleta. Juan es de pocas palabras.  Tiene 22 años y es natural de La Mina. Éste joven forma parte de los 650.000 gitanos que residen en España. Juan José Gómez es Mediador Social en la Fundación Secretariado Gitano, una de las asociaciones más grandes e importantes de España en relación a la población gitana. Mi función allí es múltiple: trabajo de mediador en la inserción socio-laboral para el programa Acceder y acojo a las personas que vienen por primera vez a buscar trabajo a la Fundación. Entre otras funciones, hago de puente. Entre gitanos y el mundo laboral. Entre payos y el mundo laboral. 

En España, hay alrededor de 430 asociaciones gitanas registradas y alrededor de 85 congregaciones del movimiento religioso evangelista. El asociacionismo gitano supone una vía de contacto, de presión, de defensa y representación ante las administraciones y ante los medios de comunicación social, además de su potencial función mediadora en eventuales situaciones de conflictividad. La Unión Romaní, la Asociación Nacional Presencia Gitana y la Federación de Asociaciones Gitanas de Cataluña (FAGIC) son de las más grandes del estado español. Según Teresa Sordé, hay una movilización muy fuerte por parte de este asociacionismo, es decir, de la sociedad civil gitana y por todos los organismos políticos, para intentar descuartizar la discriminación racial y la desigualdad, así como los grandes sacos de pobreza que aún llena la población gitana. 

 
Entre valores, tradiciones y estereotipos
    En el barrio de Marianao de Sant Boi, Ana Belén piensa que va hacer durante el día antes de salir de la cama, pues le gusta organizarse la jornada antes de pisar el suelo y ponerse las zapatillas. De esta forma puede aprovechar el día al máximo. Cuando empieza a mojar las madalenas en el Cola Cao la cosa está resuelta. La chica tiene 19 años y está a punto de terminar un Ciclo Formativo de Grado Superior de Administración y Finanzas, también en Sant Boi. Para ella existen unos valores gitanos, los cuales, para “el de siempre” nunca han evolucionado, sin embargo, la mayoría han ido progresando e integrándose con la sociedad y algunos han acabado por transgredirse. Está segura, eso sí, de que se puede evolucionar en la sociedad sin perder estos valores. Una interacción entre sus valores gitanos y los valores de la sociedad que entra en contacto. Ana ha definido esta evolución de los valores tal como el sociólogo Jürgen Habermas considera que todas las culturas avanzan a medida que están interaccionando y se enriquecen unas a otras.

Para Ana Belén el hecho de ser gitana tiene una responsabilidad de honra y respeto sobre todas las cosas. A la “gitana” que no le han dado una serie de valores bien inculcados desde pequeña no la considero como tal, porque eso querría decir que no tiene unos pensamientos, ni una actitud sobre sus actos que se tienen en cuenta. Desgraciadamente, aún hay gente que no acepta nuestra identidad y tiene una opinión general englobando a todo el pueblo gitano, cuando han conocido sólo a una minoría de éste. A mí, el hecho de ser una mujer gitana no me ha supuesto ningún obstáculo para poder alcanzar mis metas a corto o largo plazo. Al contrario, se me han implantado una serie de valores, pensamientos y aptitudes para poder conseguirlo. Aunque bueno, sí es cierto que las mujeres tenemos más obligaciones que los hombres. Pero a veces, las obligaciones se las pone ella misma para que el hombre no le pueda reprochar nada, aunque no lo veo como una obligación, sino como mutuo respeto entre ambos para poder convivir. Siempre ha habido mucha polémica sobre el hecho de que los gitanos son muy machistas y que la obligación de la mujer se reduce a ocuparse de las cosas de casa y alimentar y cuidar de los hijos y la de los hombres, traer dinero en casa. Pero eso forma parte de una estructura familiar y tú no debes permitir que esto te impida tener sueños y alcanzar tus propias metas. Otra cuestión es si la sociedad está preparada para asumirlo. 
La socióloga Teresa Sordé añade que han sido a lo largo de la historia las instituciones quienes han ido creando una serie de medidas que perpetúan la discriminación y que no permiten acabar con las desigualdades. Los sistemas políticos a través de las leyes, el sistema científico mediante la ciencia y la literatura haciendo uso de la estética han sido los responsables de reproducir a lo largo de los siglos una serie de imágenes y estereotipos que no han favorecido nada a la comunidad gitana. Desde el punto de vista de Angela Martínez, una trabajadora social que lleva más de diez años dejándose la piel en La Mina, existen unos estereotipos por que las opiniones se basan en construcciones antiguas, en el caso de los gitanos que viven inmersos en la sociedad castellana nadie dice nada y añade: “Es como si no existiesen. Esta falta de visibilidad favorece la continuidad de los prejuicios. Se mantiene una percepción sobre los gitanos que se ve reforzada por las conductas que algunos mantienen y que resultan negativas para el resto de la sociedad.” Juan José, por su parte, se enfurece al recordar la alevosía de la mayoría de los documentales sobre los gitanos, los cuales recrean un retrato homogéneo sobre su etnia. Pero, ¿Qué pasa? Que la gente busca unos estereotipos para así encasillarnos. Que si los gitanos son unos vagos, que si me van a robar, que son unos sucios. Y la Ley gitana, ¿qué es eso? Hay gente que mira más lo negativo, lo marginal, que lo positivo y  también es por la influencia que hay en el ámbito educativo, como por ejemplo en los libros de texto y cómics, donde se fomentan estos estereotipos. Y después se hacen reportajes como Callejeros, que solo muestran una cara de la moneda y, encima, la más oxidada.

La escolarización gitana
Miguel Franconetti empezó a trabajar con 14 años en el Esplai del Barri y a los 16 le hicieron su primer contrato. Más adelante entró a trabajar en el Centro Abierto Juvenil. A medida que iban entrando varios jóvenes en prácticas de la Universidad, vio la necesidad de estudiar una carrera universitaria. Tras un paréntesis en su vida por cuestiones matrimoniales, a los 27 años empezó la doble titulación Universitaria de Trabajo Social y Educación Social. Él trabaja en una dirección, pero ésta tiene una infinidad de calles. Por una parte es técnico escolar y por otra promotor escolar, trabaja para el Pla Educatiu d’Entorn de Sant Cosme y éste tiene un convenio con la Fundación Privada Pere Closa. Entre otras cuestiones, sus principales objetivos son conseguir la primera escolarización del alumnado gitano, reducir el absentismo y mejorar la imagen de los centros educativos de Sant Cosme. Abarca tres ámbitos: escuela, familia y alumno. Él, como Juan José Heredia en la Fundación Secretariado Gitano, hace de puente, entre la administración y las familias gitanas.

Sant Cosme es un barrio que lleva 25 años en remodelación y ha tenido una fama de marginal, donde exclusivamente se vendía droga. Éste factor ha mitificado un complejo barrio de 8000 habitantes. Quien ha querido salir adelante y no quedarse encasillados en la miseria, lo ha hecho. Pero ha sido un arrabal con una gran falta de oportunidades de escolarización y de trabajo. Ahora, sigue siendo un barrio de remodelación y de crecimiento, y Miguel Franconetti lucha para que ese encasillamiento no siga produciendo crías, “no como un propósito de Superman”, pero dentro de sus límites de trabajo no puede permitirlo, no puede consentir que niños gitanos dejen de estudiar por el hecho de ser gitanos. Porque Miguel ha sido “niño de eso”.  La educación de los niños gitanos sigue siendo una montaña rusa, a caballo de un conjunto de prejuicios y valores peyorativos que atentan contra las posibilidades de igualdad. El proceso de escolarización generalizada de la población gitana se ha iniciado en España a partir de los años ochenta. El esfuerzo de la Administración y la voluntad decidida de familias gitanas por incorporarse en la sociedad española y buscar un futuro mejor para sus hijos, han hecho que hoy día la práctica totalidad de la población infantil gitana acceda a la escuela a la edad obligatoria. Pero cuando llega secundaria, llega el problema: el absentismo escolar. Según Miguel Franconetti, la educación es el éxito, el éxito personal, que pasa primero por el escolar, y después por el social, porque hay un reconocimiento por parte de mucha gente y por que eleva la autoestima y el concepto que tienen los demás hacia esa persona.

Apayarse. Eso es lo que se piensa cuando un gitano toma demasiado contacto con una persona que no lo es, o cuando rompe las barreras sociales y accede a una educación superior o a un puesto de trabajo mejor y entonces deja de ser gitano. Según Teresa Sordè, estos discursos lo único que pretenden es mantener al pueblo gitano en el subsuelo social, porque, los gitanos pueden alcanzar una igualdad de oportunidades sin tener que renunciar a su militancia étnica, es más, así ganan culturalmente. Sin embargo, es lo que más parece oírse. Para Juan José Gómez, estudiar ha supuesto alcanzar un propósito, la llave para la puerta de las oportunidades, para el acceso a la igualdad. Siempre apoyado por su familia y por sus amigos y sigue pensando que “ser gitano es un sentimiento”. Ana Belén, la joven de Sant Boi, cree que ha ganado mucho más sacándose ese grado superior, porque no quería quedarse encasillada y mucho menos en la invisibilidad. Miguel Franconetti cuando reflexiona sobre el futuro lo hace desde el corazón, desde las horas al sol pasadas con los niños como monitor, desde las horas envuelto en su despacho, desde las casas de las familias. El futuro, como gitano, pasa por trabajar con las nuevas generaciones de gitanos, para que éstos tengan la posibilidad latente de tener las mismas oportunidades. Yo desde aquí, desde Sant Cosme, otros desde la Administración, otros des de la Universidad y tú como sociedad. Porque, ¿Qué diferencia hay entre tú y yo?

 MARTA ALEMANY
LICENCIATURA DE PERIODISMO, 1r CURSO